Cumpliendo con los presagios más funestos sobre el estado de vigilancia total que tantos anticiparan (de Orwell a Foucault y Deleuze, pasando por muchos otros), el Pentágono anunció hace poco que pondrá en órbita un satélite de tecnología avanzada que permitirá obtener imágenes y vídeos en tiempo real de cualquier parte del planeta.
Lo que tan solo hace unos años parecía ciencia ficción ahora se convierte en realidad. La compañía estadounidense Ball Aerospace & Technologies Corp. está desarrollando un prototipo de satélite espacial espía de nueva generación. Un MOIRE (Membrane Optic Imager Real-Time Exploitation, por sus siglas en inglés) que será capaz de proveer imágenes y vídeos en tiempo real a cualquier hora de cualquier rincón de la Tierra.
Su tarea será ampliar el funcionamiento de los DRONES espías que tienen un tiempo y territorio de observación limitados y, además, son vulnerables ante la defensa antiaérea enemiga. Concretamente, se dedicarán a seguir las instalaciones de lanzamiento de los misiles que se muevan por tierra con una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora. (Eso es lo que afirma la versión oficial)
Los MOIRE serán colocados en la órbita geosíncrona y cubrirán un territorio de 100 kilómetros cuadrados cada uno, con una resolución óptica de, al menos, tres metros. Tendrán que hacer observaciones 24 horas por día, renovando la imagen cada segundo, y transmitir simultáneamente los datos al centro de control en la Tierra.
El innovador satélite se basa en una ligera óptica fina con apertura de entrada (es decir, el diámetro del haz de rayos en la entrada) de 20 metros. Para hacernos una idea de esto, la apertura del telescopio espacial infrarrojo James Webb que está diseñando la NASA para sustituir al legendario Hubble será de tan solo 6,5 metros.
El proyecto se realiza por encargo de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de EE. UU. (DARPA, por sus siglas en inglés). Dentro de la segunda etapa, Ball Aerospace debe construir un prototipo de satélite de 5 metros de altura y probarlo en sus laboratorios. La tercera etapa prevé la construcción de un satélite en tamaño real ya, de 10 metros de altura, y lanzarlo para un vuelo de prueba hacia la órbita. Se prevé que el MOIRE ya una vez construido costará cerca de 500 millones de dólares.
Existen muchas personas que afirman que este nuevo proyecto no es más que parte de los proyectos y planes oscuros para poder controlar a la masa y robarles la privacidad. Incluso los seguidores de las conspiraciones, venían afirmando desde años atrás que en el cielo sería colocada su marca (el ojo que todo lo ve), como señal que empieza la fase de puesta en marcha de los planes siniestros en contra de la humanidad.
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