COMER GUSANOS, LA DIETA DEL FUTURO

Investigadores de la Universidad de Wageningen hallaron que los gusanos de la harina podrían reemplazar la cría y consumo de ternera, cerdos y pollos 

El futuro para salvar el planeta del desastre ecológico podría estar en cultivar gusanos para el consumo humano. Según nuestros científicos  Una investigación revela que el gusano de la harina, por su valor nutricional y su poco o ninguno impacto ambiental, podría sustituir las granjas de vacas y cerdos, responsables de la emisión de importantes cantidades de gases de efecto invernadero ala atmósfera. 

Los investigadores aseguran que comer gusanos de la harina y larvas es una alternativa ecológica al consumo de animales de granja, vacas, cerdos y pollos, según han publicado The Sun. 

Para llegar a esta conclusión los estudiosos compararon el uso de la tierra, las necesidades de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero de los gusanos con los de los animales de granja. 

Así fue como encontraron que los gusanos con la misma cantidad de tierra que utilizan los animales de granja, proporcionan más proteína comestible, que estos, según la investigación realizada por la Universidad de Wageningen en los Países Bajos . 

Más de dos tercios de las tierras agrícolas del mundo se utilizan para criar vacas, cerdos y pollos, que son responsables del 15% de la emisión de gases de efecto invernadero . 

Para que un gusano produzca un kilogramo de proteína comestible usa menos del 10% de la tierra que usa una vaca. Eso sin contar con que los gusanos no producen metano, como sí hacen las vacas. 

Los científicos han hablado del nuevo futuro alimentario de una población humana que sigue creciendo, mientras "la Tierra ofrece posibilidades limitadas". 

En ese sentido, aconsejan pensar en "un sistema más eficiente y más sostenible de producción de alimentos y los gusanos y otros insectos comestibles pueden ayudar a conseguirlo”. 

¿Qué nos tendrán programado los señores oscuros? No podemos desconocer que los grandes empresarios y las potencias mundiales están optando por el biocombustible, lo que implica la siembra de grandes extensiones en plantas como la caña de azúcar para generar combustible. Tierras que dejarían de ser utilizadas para el cultivo o para la ganadería.

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